¿Sabías que la textura de los alimentos influye en la posición de los dientes?
No sólo eso, sino que desde que nacemos vamos adquiriendo distintos hábitos que hacen que nuestra boca se vaya formando de una u otra manera. Hábitos como dormir siempre del mismo lado, usar chupete, chuparse el dedo, tomar biberón, etc. Todo lo que hacemos influye de alguna manera. Y la masticación no iba a ser menos.
Lo normal es que alrededor de los 6 meses empiece a salir el primer diente, hay veces que antes y otras después, pero suele ser alrededor de esa edad. Ese momento coincide con la iniciación a la alimentación complementaria, que como bien indica su nombre es complementaria, el alimento principal debe seguir siendo la leche (a ser posible leche materna).
Una vez que puedan comenzar con la alimentación complementaria deberían empezar a masticar. Sí, habéis leído bien, masticar. Debemos olvidarnos de los purés, potitos, etc. De forma esporádica no causan problemas, pero no deberíamos usarlos como la base de la alimentación. Cierto es que no podemos empezar poniéndoles texturas muy difíciles para ellos, pero hay frutas como las peras, sandía, melón, plátano… que aportan cierta dureza pero son muy fáciles de masticar para los pequeños. Este método es más conocido como BLW o Baby Led Weaning que consiste en introducir los alimentos sólidos permitiendo a los bebés alimentarse sin cuchara ni purés y por sí mismos. Podéis leer más sobre este método y cómo ofrecer los alimentos a los bebés en https://www.aplicandoblw.com/2018/12/05/baby-led-weaning-alimentos-con-mas-riesgo-de-atragantamiento-cuando-y-como-ofrecerlos/
Ahora bien, ¿porqué esta moda de no dar purés? ¿realmente les beneficia? Sí.
Ante todo, explicar que no es una moda, es la forma de comer de siempre, la que realizan todos los mamíferos. Y tiene muchísimos beneficios. Si acostumbramos a los niños a comer triturados, purés, potitos… no ejercerán ninguna fuerza en la masticación, prácticamente solo tragarán y esto afecta a largo plazo a toda la cavidad oral. Empezando por la musculatura que no se desarrolla (y por tanto se atrofia) e implicando directamente al crecimiento de los huesos (maxilar y mandíbula). Veremos niños con una musculatura oral laxa sin apenas fuerza y unos huesos muy poco desarrollados y a los que iremos viendo que los dientes le salen “mal colocados”. Todo está relacionado. Y ¿cómo puede acabar finalmente todo esto? Necesitando aparatología, ya sea de brackets u ortopedia.
¿Porqué la gran mayoría de los niños de hoy en día llevan aparato? Por la alimentación a la que les estamos acostumbrando y los malos hábitos (chupete, biberón, etc.). Sin olvidar por supuesto el papel tan importante que juega la genética.
Este tipo de alimentación no afecta sólo a los bebés. A los niños ya mayores les acostumbramos también a comer “alimentos blanditos”. Pan de molde (y encima le quitamos la corteza), bollería, fruta súper troceada o en zumos, etc.
Si os habéis visto reflejados en estos ejemplos no os preocupéis, ¡nunca es tarde para empezar a cambiar a hábitos más saludables! Pero no lo pospongáis. Tenemos una boca con dientes para triturar alimentos, no sólo para tragar.
Laura Bobillo. Odontopediatra-Ortodoncista.
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